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Con la calidez del sol de los atardeceres de un siglo pasado, en la canchita "Olimpia", ubicada en la avenida Perú esquina heroínas, cercano a la "Luz y Fuerza", en un terreno de la familia Adriázola, los muchachos de esos años se "trenzaban" en sus duelos domingueros. En los partidos típicos de barrio, en esos amistosos programados en los sueños futboleros.Qué lejos estaban, ni imaginaban que sembraban la semilla de la pasión futbolera, esa que fue germinando con la aparición de algunos equipos como Olimpia y Estrella Roja. Los que parangonándose con los ingleses, hacían de las suyas con piruetas, digna de los grandes equipos londinenses. Fueron ellos, los que instalaban la línea del ferrocarril en Bolivia, los que en sus ratos de descanso jugaban al fútbol. Deporte poco conocido que fue ganando adeptos, dicen, en 1908, entre los trabajadores y los ingenieros llegados de la vieja Europa.
Eran los años de los partidos amistosos, entre los primeros cuadros que aparecieron bien acompañados por las madrinas, las jovencitas de esas épocas que asistían junto a sus padres. Eran otros tiempos, diferentes, pero similares en fervor con los tiempos modernos y del profesionalismo.
Son remembranzas narradas por Don José Borda Viseño, en una nota que le hicimos en su domicilio de la calle España casi México. Él nos contó que Estrella Roja y Olimpia fueron los primeros equipos, los que se deleitaban y emocionaban a la concurrencia con sus dotes de buenos futbolistas. Que al desaparecer Olimpia se fundó Nacional y posteriormente Calaveras. Bancarios y comerciantes fueron los integrantes de aquellos equipos de barrio.
Se sabe también que otras contiendas entre aquellos muchachos del pasado siglo tenía lugar en la plazuela San Sebastián. Quizás hubo otros escenarios anónimos por las zonas de San Pedro y la Muyurina. Nada oficial, ni contado por la gente de esa época.
No muy lejano a Olimpia y Estrella Roja, apareció Unión 13, según el relato emocionado de Don José, recuerda que la fusión de Nacional y Calaveras dio lugar a la fundación del decano albinegro: Racing, fundado el 12 de septiembre de 1914. Años más tarde otros muchachos bien organizados daban luz a New Players, Unión Nimbles y Británica.
Es cuando Cochabamba, bajo la batuta de Félix Capriles, comienza a ganar los nacionales en los que participaban La Paz y Oruro. Capriles se sabe que era un fogoso puntero izquierdo, el que gestionó ante el parlamento la concesión del terreno donde hoy luce el templo de fútbol que lleva su nombre.
Es así que aparecen el gran Rafael "Ñato" Méndez y el popular Diógenes "Limón" Lara. Como los capitanes de Racing y New Players, de los cuadros que con el correr de los años llegaron a jugar el primer clásico cochabambino.
¡Quién diría! Con el paso del tiempo, los testimonios de la era no profesional, la de aficionados, fue desapareciendo. De ahí que se desconoce, ¿Cuándo se jugó el primer torneo oficial, denominado "Primera de honor? Antes o después de la Guerra del Chaco. Los vacíos son muy grandes del segundo lustro del treinta y de la década del cuarenta.
Hay otros equipos hoy olvidados: Max Paredes, Veltzé, Tacata. No así Aurora, fundado un 27 de mayo de 1935, que según sabemos tiene siete títulos ganados. De los que tenemos conocimientos son los logrados en 1949 y 1950, nada más que esos datos. Después nada. Se conoce que en los años cuarenta, los partidos claves protagonizaban Aurora y New Players, el campeón de 1952. Muchos sostienen que fue el segundo clásico de la historia.
El último campeón de la era no profesional, el de 1954 es Bata. Cuadro que junto a Aurora tenían que jugar el segundo campeonato "Mixto" organizado por la asociación de La Paz, con la venia de la FBF. Algo pasó. Se afirma que los ejecutivos de la Manaco dijeron que no. Otros sostienen que fue una avivada de Roberto Prada y Jorge Rojas Tardío. Lo cierto es que los invitados fueron Aurora y Wilstermann los que se enfrentaron en 1955 a The Strongest, Bolívar, Chaco, Litoral, Municipal, Ingavi, Ferroviario, Unión Maestranza y San José, el primer campeón del Mixto, tres ciudades.
Ya germinaba el Wilstermann de oro de la mano del español Luís Dovaño Fernández, el que ganaría los campeonatos de 1958, 1959 y 1960. Cadena de títulos que engrandecieron al equipo de la casaca sangre.
Aurora tenía lo suyo, lo que le permitía actuar con firmeza de la mano de su capitán y bien recordado Leonardo el "Takuli" Ferrel, era de esos half centro de esos tiempos, el cinco antiguo, bien parado en el anillo central. No podemos dejar de mencionar a Eustaquio Ortuño, otra leyenda cochabambina.
Eran Aurora y Wilstermann los fieles exponentes del valle cochabambino en las lides con los poderosos equipos de La Paz y el gran representante de Oruro, San José, el primer campeón del Mixto.
En esta narración de los momentos vividos y ahora recordados nos toca referirnos al primer torneo cochabambino, que además conto con tres invitados: San José, International y Oruro Royal, cuadros de la ciudad de Pagador que enfrentaron a Wilstermann, Aurora, Petrolero y Bata.
Del torneo "Dos Ciudades" salió campeón Wilstermann, no reconocido campeón nacional, al no contar con la venia de la FBF. Al igual que el torneo paceño que consagró como campeón a Always Ready. Así nacía el torneo local que en su segunda versión se disputó en 1960 con la participación de cuatro equipos: Wilstermann, Petrolero, Bata y Aurora. Torneo que coronó campeón a Wilstermann, con derecho a participar en la "Liga Mayor" que organizó la matriz del fútbol nacional.
Por varias temporadas fueron equipos animadores de las divisiones menores Osorio, Cinemas, Arce Pacheco, Ladislao Cabrera, Teléfonos, Cala Cala, Abaroa, Cóndor, Tunari, Santa Fe, Gualberto Villarroel, Nacional, Muyurina, 14 de Septiembre, Pagador, Don Bosco, The Strongest, Dínamo, Manuel Ascencio Villarroel, Rosario y Arauco Prado, entre los más recordados.
En la evocación no pueden faltar aquellos equipos que saliendo de la "B", armaron su propia historia: Litoral, Tránsito, Municipal e Ingenieros, con triunfos que dieron lugar a comentarios llenos de elogio, los que forjaron ante los más arraigados en el corazón de los cochabambinos: Wilstermann y Aurora.