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Klose, la nueva leyenda mundial

Christian Kunz y Klaus Bergmann / Río de Janeiro
Mientras el argentino Lionel Messi y el holandés Arjen Robben esperan para disputarse la corona de máxima estrella de Brasil 2014, el alemán Miroslav Klose ganó ya su duelo particular con la historia y se convirtió ayer en una nueva leyenda de los Mundiales de fútbol.
Con su gol a Brasil en el minuto 23 de la semifinal disputada ayer en Belo Horizonte, el delantero de 36 años sumó 16 tantos en la Copa del Mundo y superó por uno al brasileño Ronaldo como máximo goleador en la historia.
Como ya ocurrió con su primer gol en Brasil 2014, cuando empató 2-2 un partido que se complicaba ante Ghana, en la fase de grupos, Klose marcó por segunda vez en el torneo un tanto clave ante el rival teóricamente más duro para el combinado germano. Y no se conforma con el récord que ahora tiene.
"Como delantero uno se fija marcas y objetivos antes de un torneo. Para el Mundial me había propuesto marcar al menos tres goles. Por supuesto, no tendría nada en contra de que fuesen más", declaró el astro de la Lazio después de marcar a Ghana su gol número 15.
"Bienvenido al club", lo felicitó entonces Ronaldo. Oliver Bierhoff, manager de la selección alemana, completó el sentido de la frase del astro brasileño: "Miro ya entró en la historia".
Y es que las cifras de Klose se miden en magnitudes míticas. Sus 16 goles lo dejan liderando en solitario un Olimpo futbolístico que completan Ronaldo (15), el "bombardero" alemán Gerd Müller (14), el francés Just Fontaine (13) y O Rei Pelé (12). Además, sólo el alemán Uwe Seeler y Pelé marcaron, como Klose, en cuatro Mundiales.
También sus números con Alemania imponen. En 136 partidos como internacional marcó 71 goles y es el máximo anotador en la historia de la selección, por encima de los 68 de Gerd Müller.
Nacido en 1978 en la Polonia comunista como hijo de un futbolista profesional y de una jugadora de balonmano de la selección polaca, Klose vivió con su familia unos años en Francia antes de trasladarse a los ocho años a Alemania. Nunca quiso perder su patria de origen: con su mujer y sus hijos gemelos sigue hablando polaco.
En 2000 debutó en la Bundesliga alemana con el Kaiserslautern y un año más tarde fue llamado a la selección. Ingresó por primera vez en el minuto 73 de un partido frente a Albania por la clasificación al Mundial 2002 y antes del final marcó su primer gol.
Desde entonces su acrobático salto mortal para celebrar cada gol se repitió a ritmo de récord con la selección y con el Werder Bremen, el Bayern de Múnich y desde 2011 la Lazio italiana.
Su presencia en Brasil pareció estar en duda luego de un año difícil marcado por varias lesiones, la última de las cuales lo tuvo de baja un mes en abril. Pero el entrenador Joachim Löw apostó por él a cambio de Mario Gómez, su otro posible 9.
Sencillo y sereno, el delantero de 1,82 metros aceptó sin problemas su rol de suplente en el esquema de Löw. Pero cuando pisó por primera vez la cancha en el minuto 69 del partido en la fase de grupos ante Ghana tardó dos minutos en hacer el 2-2 definitivo.
Ayer hizo su segundo tanto en Brasil y, con Alemania como candidata al título, todo indica que tendrá la oportunidad de hacer más. (DPA)

"Como delantero uno se fija marcas y objetivos. Para el Mundial me había propuesto marcar al menos tres".
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